Un divorcio ejemplar para y con los hijos

Ejemplo real de divorcio de mutuo acuerdo en Valencia: custodia compartida flexible, reparto de gastos al 50% y pacto digital para proteger a la hija.

DIVORCIOS

David Juan López Ortega

11/21/20253 min read

Un divorcio de mutuo acuerdo: Cómo una pareja planificó su futuro y el de su hija al detalle

Cuando pensamos en un divorcio, a menudo nos vienen a la mente imágenes de conflicto y desacuerdo. Sin embargo, hay otra cara de la moneda: la de la colaboración, la responsabilidad y la planificación minuciosa por el bien de los hijos.

En este caso analizamos una sentencia real de divorcio de mutuo acuerdo, dictada en Valencia en julio de 2022, que es un verdadero ejemplo de cómo dos personas pueden organizar su separación de una manera constructiva y detallada.

Este no es solo un documento legal; es un manual de instrucciones para una nueva etapa familiar, diseñado a medida para las necesidades de los padres y, sobre todo, de su hija menor.

La custodia compartida: Un baile de flexibilidad y estructura

El corazón del acuerdo es una custodia compartida real y efectiva. Lejos de establecer un régimen rígido, la pareja optó por un sistema que combina estructura con una gran dosis de flexibilidad:

  • Semanas alternas:
    La niña convive una semana completa con cada progenitor.

  • Visitas entre semana:
    Para mantener el contacto constante, el progenitor que no tiene la custodia esa semana disfruta de dos visitas con su hija (lunes y miércoles), recogiéndola en el colegio y estando con ella hasta las 20:00 h.

  • Adaptabilidad laboral:
    El acuerdo subraya que los horarios pueden modificarse de mutuo acuerdo para ajustarse a las necesidades laborales de ambos, un detalle que demuestra un gran pragmatismo.

Vacaciones y días especiales: Planificación para evitar conflictos

Uno de los mayores focos de discusión en las separaciones suele ser el reparto de las vacaciones. En este caso, se ha dejado todo atado para evitar futuros problemas:

  • Navidad y Semana Santa:
    Se dividen en dos mitades exactas, alternando cada año qué progenitor disfruta del primer o segundo periodo.

  • Verano:

    • Hasta que la niña cumpla 7 años, se mantiene el sistema de semanas alternas.

    • A partir de esa edad, se pasa a un reparto por quincenas en julio y agosto.

  • Cumpleaños:

    • El cumpleaños de la niña se celebra conjuntamente.

    • En el cumpleaños de cada progenitor, si no le corresponde estar con ella, tiene derecho a pasar unas horas con su hija.

El aspecto económico: Responsabilidad compartida sin pensión tradicional

En lugar de una pensión de alimentos tradicional de un progenitor a otro, el acuerdo establece un sistema de gastos compartidos, pensado para reflejar la corresponsabilidad:

  • Gastos cotidianos:
    Cada progenitor asume los correspondientes a la semana que le toca estar con la menor.

  • Gastos ordinarios y extraordinarios:
    Los gastos de colegio, material escolar, médicos no cubiertos por el seguro, extraescolares, etc., se pagan al 50 % entre ambos, siempre que haya un acuerdo previo.

  • Un apoyo inicial:
    Como medida transitoria durante el primer año, el padre se comprometió a cubrir ciertos gastos extraordinarios (como el dentista o el comedor) para facilitar la transición.

Una solución creativa para la vivienda

El domicilio familiar era propiedad de los abuelos paternos. Para resolver esta situación, se acordó una solución equilibrada:

  • El padre permanecería en la vivienda familiar.

  • La madre se comprometió a buscar un alquiler en un radio cercano al colegio de la niña.

  • Para compensar a la madre por la pérdida del uso de la vivienda y ayudarla en esta nueva etapa, el padre le abonará 400 euros mensuales durante un año, destinados exclusivamente a ayudarle con el pago del alquiler.

Un pacto para la Era Digital: Protegiendo la imagen de la menor

Uno de los puntos más modernos y reveladores del acuerdo es la cláusula sobre redes sociales:

  • Ambos progenitores se comprometen a no publicar fotos, vídeos o historias de su hija hasta que ella alcance la mayoría de edad y pueda dar su consentimiento.

  • Además, se obligan a eliminar cualquier contenido ya publicado.

Se trata de un pacto admirable que prioriza el derecho a la intimidad y a la propia imagen de la menor en un mundo hiperconectado.

Un “Traje a medida” para la familia

Esta sentencia nos enseña que un divorcio de mutuo acuerdo puede ser mucho más que un simple trámite. Es la oportunidad de construir, con responsabilidad y empatía, un marco de convivencia post-ruptura que funcione para todos.

Más que una separación, lo que Daniel y Anastasiya firmaron fue un pacto de coparentalidad, un compromiso detallado y pensado para garantizar la estabilidad y el bienestar de su hija en su nueva realidad familiar.

Un verdadero ejemplo a seguir.